yo me rompí, todo lo que era rompiéndose en estrellas y galaxias y cometas, nada más que puro y brillante gozo. Rhys me sostuvo, me envolvió, su oscuridad absorbió la luz que chispeaba y estallaba, manteniéndome entera, manteniéndome unida.
Y cuando mi mente pudo formar palabras, cuando otra vez pude sentir su esencia alrededor de mí, su cuerpo aún moviéndose en el mío, le envié esa imagen por última vez, a la oscuridad y las estrellas… mi regalo.
Tal vez nuestro regalo, algún día.
Rhys se derramó en mí con un rugido, sus alas se extendieron ampliamente.