Estás marcada en mi corazón. Tejida en la fibra de mi ser. La persona más constante y tranquilizadora de mi vida. Cuando cierro los ojos, te veo. Cuando estás lejos de mí, sueño contigo. Cuando necesito a alguien en quien apoyarme, siempre estás ahí para mí. Dios. Me has querido cuando ni siquiera he sido capaz de quererme a mí mismo.