en un primer momento puede agradar al niño, con el tiempo le llevará a pensar que si sus padres adoptivos le «escogieron» para adoptarle quiere decir que sus padres biológicos también «escogieron» no criarlo, dañando más su autoconcepto. Otros adoptantes refieren al hijo que su madre biológica «le quería tanto que le dejó»; esta afirmación es incongruente, equipara amor y abandono, y puede provocar una intensificación de su temor a querer y ser querido, especialmente por parte de sus padres adoptivos, pues temerá también que vaya acompañado de un nuevo abandono. Además, si no se tienen elementos en los que basar esta afirmación, el niño captará rápidamente que se le ha mentido y se sentirá engañado por sus padres adoptivos, afectando negativamente la relación que haya podido establecer con ellos.
•Es necesario ajustar las expectativas hacia el hijo a las posibilidades e intereses del niño. Cuando estas son demasiado elevadas el niño puede sentir que no será aceptado por los adoptantes si no los cumple, aunque verbalmente le manifiesten que le aceptan de todas formas.
• Es importante también que ayuden a ver al hijo sus fortalezas y que acepten sus objetivos, aunque no coincidan con los del resto de la familia. De la misma forma, necesita que le apoyen en sus debilidades, dificultades o torpezas, especialmente a la hora de expresar sus sentimientos a través de medios inadecuados.