un gran causante de la intolerancia a la frustración, como cuando escuchamos decirles a los niños: “Tú puedes más, mejora, sé como aquel”, entre otras aseveraciones. Y claro que parecen frases “positivas”, pero veamos ejemplos:
“Tú puedes más”: No se está aceptando el proceso de alguien, se le está exigiendo ser más de lo que ya es. ¿Acaso lo que ya es, es algo malo?, ¿hay que reparar cada error que se comete? Claramente ser más no tiene nada de negativo, pero por qué la sociedad lo está exigiendo. Ya no aparece como una decisión propia, es una obligación: “debo ser más”. Asimismo, sería más sano o ideal indicarle a un niño frente a su error: “Es normal equivocarse, sigues siendo el mismo. Si quieres más, tú puedes; si no, no tiene nada de malo”. Dar la opción de ser, no imponer qué tiene que ser.
“Sé como aquel”: Se está usando la comparación para enseñar a alguien, y así la persona se acostumbrará a compararse al promedio para medir sus habilidades. Esto es destructivo de la autoestima, con esto se forma una imagen a partir de otros, no se está viendo a la persona individual. En vez de autoestima sería como