La gemoterapia es un tipo de técnica preventiva y curativa que se inscribe dentro de las denominadas medicinas alternativas y que consiste en practicar el arte de propiciar armonía energética y de curar a través de las propiedades vibracionales que manifiestan las gemas, piedras o cristales. Se trata de un sistema preventivo y terapéutico basado ciento por ciento en leyes naturales, no agresivo y absolutamente carente de toxicidad alguna. No utiliza ningún tipo de droga o sustancia química que pueda tener contraindicaciones, sino que cuando se la pone en práctica sólo se apela a la energía que la gema ha acumulado durante los miles y miles de años que llevó su evolución, para lograr mediante ella una regulación de la energía del cuerpo humano.
Entendiendo la enfermedad como una distorsión de la energía reguladora de todo el sistema vital del hombre, la carga energética proveniente de las gemas permite regular esa distorsión. De esa manera —y luego explicaremos porqué— el aguamarina ayuda a paliar dolencias renales, la pirita es un efectivo aliado a la hora de combatir problemas digestivos en general y la amastista combate el insomnio. Pero las piedras o gemas no sólo ayudan a remediar problemas estrictamente físicos.
Debido a que sus vibraciones o efluvios llegan a todos los niveles del individuo (emocional, psíquico, espiritual, energético) las diferentes gemas bien pueden ayudar —y mucho— a lidiar con conflictos y bloqueos varios que se vinculan con los distintos planos antes mencionados de un individuo. La obsidiana, por ejemplo, es un potente estabilizador de emociones y un facilitador de cortes afectivos, mientras que el ágata musgosa tiene el invalorable poder de incrementar la creatividad.
