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Livros
María Martín Barranco

Mujer tenías que ser

¿Cómo han sido consideradas históricamente las mujeres? ¿Cómo han sido narradas sus historias, sus cuerpos y su salud? Las palabras y sus significados no son neutros: producen, reproducen y fijan la realidad. A través del análisis de refranes, expresiones y significados de la cultura popular —muchos recogidos en las diferentes ediciones de los diccionarios de la lengua castellana—, María Martín repasa las mil y una palabras que han contribuido a construir lo femenino: cómo se han descrito sus cuerpos y funciones fisiológicas y qué roles les han sido otorgados o negados. Porque no es lo mismo una mujer pública que un hombre público, ni tampoco comparten el mismo espacio. Mujeres del partido, fáciles, mundanas, perdidas… o hembras “cuasi pútridas, escalentadas y de mal olor” como las insultaba, al definirlas, el inquisidor Covarrubias. Pencas o pechugonas, frígidas o ninfómanas, brujas o santurronas, todas prostitutas al fin. Monstruosas y menstruosas, lloronas, histéricas, malas pécoras, zorras y burras (¡zurras para todas ellas!) desfilarán por estas páginas, donde se analizan con maestría, humor y mucha sorna todas estas representaciones maléficas de la mujer, la encarnación (folclórica y patriarcal) de todo el mal.
261 páginas impressas
Publicação original
2020
Ano da publicação
2020
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Impressões

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    👍Vale a leitura
    💡Aprendi Muito
    🎯Vale a pena
    🌴Livro de Praia

Citações

  • i.fez uma citaçãoano passado
    No se trata de que queramos a nuestros cuerpos —”quiérete”, dicen, como si fuera fácil— porque quizá no lleguemos a hacerlo nunca. Quizás tampoco se trata de salud, porque puede que no estén siempre sanos o nunca hayan dejado de estarlo. Se trata de que, sea cual sea su tamaño, su color, su forma, su funcionamiento, sean propios o ajenos, seamos capaces de respetarlos, porque puede que no sean lo que somos, pero son el lugar que habitamos.
  • i.fez uma citaçãoano passado
    Que no tengamos que agotarnos de pedir para ellos —los cuerpos, digo— respeto y derechos. Un mundo en el que no tengamos que ser valientes para ir a una fiesta sin tacones, a una boda sin maquillar, a la playa sin depilar; para volver a casa después de un turno de noche, para entrar a un baño mixto o para correr por el campo solas; uno en el que no necesitemos días especiales por ser lo que somos ni quienes somos, por tener un cuerpo sexuado, por ser hembras de la especie con flujos, olores y deseos propios. Tampoco un día para que no nos maten, nos violen o nos torturen por querer ser libres. Uno en el que los autodescuidos y las autoviolencias no sean una tortura añadida. Uno en el que tener un cuerpo —sea el que sea, sean cuales sean sus funciones biológicas— sirva para vestirlo, adornarlo, peinarlo, moverlo, besarlo, saborearlo, mimarlo, quererlo, disfrutarlo y llevarlo donde deseemos, con quien nos dé la gana
  • i.fez uma citaçãoano passado
    ¿Cómo podría el sistema mantenerse en el tiempo si no generara entre quienes lo soportan una quinta columna que lo mantenga? ¿Cómo, si en el siglo XXI apenas somos conscientes, podríamos pedir a las mujeres nacidas y educadas en el XX o el XIX que vieran lo que apenas ahora empezamos a mostrar como perverso?

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