LUIS

Era tan perfecta que hasta daba miedo, eso sí, un miedo precioso. En sus manos se arreglaba cualquier desastre.

En fin: era inmensamente completa, natural. Mirarla curaba, daba esperanza, era como volver a nacer. Te hacía ver que igual todo esto no es tan jodido como piensas; que hay futuro y también presente.

La vuelvo a mirar de reojo.

Joder, tanta suerte

no puede ser normal.

Las prisas

no son buenas

pero es que

el tiempo contigo

es tan corto…

Soy el que no se atreve a mirarte

pero sí a desearte ferozmente.

Quien, a pie de calle,

redacta la noticia

más impactante del mundo

con solo describir tu sonrisa.

Porque sin «ti»,

el «mí»

ya no tiene

sentido.

Que solo con imaginarte desnuda, aquí, en mis manos, cualquier tarde de otoño, millones de neuronas empiezan a frotarse las manos.

A veces, la vida ha hecho algo de mí que no me merecía; pero un día vi tu luz, y todas esas heridas que había esparcidas por mi cuerpo dejaron de sangrar. No será fácil, debes tenerlo en cuenta.

Desde tus caricias soy otro, ya no maldigo a todo con lo que me cruzo por la calle, ya no tengo tiempo para destrozar sonrisas, como hacía cuando no podía creer en nada ni en nadie.