LUIS

Lo que cuenta es que mi cabeza se apoye en tu hombro hasta quedarme dormido y se me olvide el día de mierda que llevaba hasta que empecé a pensar en este poema.

Y sé que queda mucho

que descargar por tu parte

en unos ojos —los míos—

que no verás cerrados,

ya que jamás terminarán de creérselo.

Y has vaciado todo el peso que tenía, y has renovado mis energías, recargado mi poesía, has acelerado mi invierno, y aquí, niña, ya está siendo verano en pleno marzo.