No estaba nada segura de que Ai tratara de buscarme. Pensaba que, si daba mi nombre, no me haría ningún caso y diría simplemente: «¿Ah, sí, es ella?». Pero, cuando vine a encargarte el envío, te encontré mayor y guapa. Entonces, enseguida me puse a competir contigo para no ser menos. Lo siento… Parece que tú y yo tenemos un carácter parecido. Creo que nos llevaremos bien, ¿verdad?