Cuando una bruja madre da a luz a una niña, busca un gato negro y lo cría junto a su hija. Mientras tanto, la niña y el gato aprenden a comunicarse entre ellos. Este gato es un compañero muy importante para la niña, que más tarde se independizará. Es un gran apoyo contar con un ser con el que poder compartir la felicidad o la tristeza. Luego, cuando la niña se convierta en adulta, encontrará a otra persona importante en su vida con quien se casará, la cual reemplazará al gato, y entonces el animal también encontrará a un compañero, y a partir de ese momento la bruja y el gato empezarán sus vidas cada uno por su lado.