Examinemos otro ejemplo del mismo poeta, García Lorca. La Guardia Civil ha entrado, a saco, en Jerez, la ciudad de los gitanos. Ha quemado casas. Calcinados, los pilares de las casas se derrumban y con ellos sus techos. ¿Qué se guarda en pie? Nada, muy poco. El poeta inventa, por decirlo así, una imagen de enorme fuerza:
Cuando todos los tejados
eran surcos en la tierra…
Los techos de teja yacen en el suelo: semejan surcos, como los que traza el arado en la siembra. Pero en vez de decirlo de modo directo, el poeta inventa unos versos que sugieren con fuerza la destrucción de las casas por el fuego. Los versos dicen y evocan más, con esta imagen, que la palabra directa. No es una descripción, es una creación verbal, una imagen.