A lo largo de su historia, han sido ideadas una multitud de técnicas que persiguen el mismo objetivo: ahorrar tiempo. La primera, y acaso la más importante de todas, fue el sistema fabril. La aparición de la Water Frame, hiladora que necesitaba estar cerca de un río para funcionar, hizo que los trabajadores tuvieran que establecerse en un solo lugar para elaborar las mercancías. Con esto, además de desarticular la producción gremial y aquella realizada desde los hogares, forzó a los individuos a dedicarse exclusivamente a la producción de mercancías y a dejar otras actividades que antes realizaban en paralelo (por ejemplo, el cultivo de huertos).