Rumi, día a día

174.
Las respuestas a todas tus preguntas
se encuentran en el mismo lugar
al que acudes en oración
en tiempos de necesidad.

171.
¿Por qué corres disperso,
mendigando respuestas,
cuando eres la esencia
de todo significado?

165.
La indecisión es la prisión
donde al alma se la mantiene cautiva.

164.
¿Por qué nunca estamos satisfechos?
En verano rogamos
por la frescura del invierno,
y cuando por fin llega el invierno,
anhelamos el calor sofocante
que acompaña al verano.

142.
Tenemos un enemigo interno llamado ego
que nos impide utilizar
nuestra mente con inteligencia.
Se esconde en lo profundo de nuestro corazón
y emerge de forma regular
para desafiar y consumir nuestra voluntad.

141.
Cuanto más elevadas son la aspiración y el compromiso,
más fuertes son el anhelo y la motivación.

Según la amplitud de nuestra visión,
cada uno de nosotros está expuesto
a ciertos misterios de la vida,
tanto aparentes como ocultos.

El ego es como una escalera;
cuanto más alto subas,
más dura será la caída.

El verdadero místico respeta el valor del tiempo
y nunca deja nada para mañana.

El dulce placer de llegar al destino
se amplifica por el sufrimiento
que uno ha soportado durante el viaje.