keigo, el lenguaje honorífico propiamente dicho. El keigo se expresa de dos formas: sonkeigo, para que todo lo que digas enaltezca al interlocutor. Y kenjōgo, para disminuirte, para borrarte. El kenjōgo es como hablar al tiempo que te convulsionas en reverencias. No importa si dices: “¿Quieres ir al parque?” o “Me gustan las películas de acción”, al mismo tiempo hay un discurso paralelo con el que dices: “Para servirle a usted, que es tan grande”. “Todo lo hago por usted, mi señor”.