Comprender nuestra mente

Está en mi naturaleza envejecer. No puedo escapar del envejecimiento.
Está en mi naturaleza enfermar. No puedo escapar de la enfermedad.
Está en mi naturaleza morir. No puedo escapar de la muerte.
Todo lo que aprecio y todos los seres que amo están sujetos a la naturaleza del cambio. No puedo escapar de tener que separarme de ellos.
Mis actos son mi única pertenencia. No puedo escapar de las consecuencias de mis actos. Mis actos son la base sobre la que me sostengo.

Sutra del corazón describe la forma en la que el bodhisattva Avalokiteshvara, al ser capaz de observar profundamente la naturaleza carente de un yo de los cinco agregados, descubre la naturaleza de vacío e inmediatamente supera toda aflicción

Para liberarnos de todo miedo debemos llegar a la base de nuestro ser y entrenarnos en observar directamente a la luz de la compasión.

Cuando tenemos una mente confusa, solo vemos aflicciones. Ahora bien, cuando tenemos una mente verdadera, las aflicciones desaparecen; solo hay despertar. Ya no tememos al nacimiento o a la muerte porque hemos entrado en contacto con la naturaleza de interser.

Los textos budistas hablan de tres tipos de ofrendas: recursos materiales, compartir el Dharma con los demás y la ausencia de miedo, que es la mayor de todas

Cuando vemos que las aflicciones son el despertar mismo, podemos cabalgar en paz las olas de nacimiento y muerte a bordo de la barca de la compasión, sobre el océano de engaños, sonriendo con la sonrisa del no miedo.

Solo podemos convertirnos en un buda permaneciendo en el mundo del sufrimiento y las aflicciones. Y cuando somos libres, podemos cabalgar sobre las olas de nacimiento y muerte sin miedo, ayudando a aquellos que se ahogan en el océano de sufrimiento.

He llegado. Ya estoy en casa. No hay nada que hacer. Esta es la tercera llave para abrir la puerta de la realidad. La ausencia de objetivo, la no consecución, es una práctica maravillosa.

La tercera puerta es la ausencia de objetivo. Ya somos eso que queremos llegar a ser. No tenemos que convertirnos en alguien distinto. Todo lo que debemos hacer es ser nosotros mismos, de forma total y auténtica. No necesitamos perseguir nada. Ya contenemos todo el cosmo

segunda puerta es la ausencia de signo. Si ves una flor únicamente como flor y no ves en ella el sol, las nubes, la tierra, el tiempo y el espacio, estás atrapado en el signo de la flor; pero cuando has alcanzado la naturaleza de interser de la flor, realmente ves la flor