¿Qué significa, por tanto, «pescar hombres»? Significa llevarlos al aire libre, a los amplios espacios de Dios, al elemento vital que les ha sido asignado. Cierto que cuando alguien se ve arrancado de sus hábitos y costumbres, al principio siempre se revuelve, como ha descrito con penetrante pluma Platón en su mito de la caverna. Quien está acostumbrado al mar, piensa en un primer momento que, cuando le sacan a la luz, le arrebatan la vida. Está enamorado de las tinieblas. Por eso, ser pescadores de hombres dista mucho de ser una empresa cómoda, pero es lo más grandioso y humanamente lo más bello que puede darse. Se registran, sin duda, muchas salidas en vano al mar. Pero aun así, sigue siendo una maravillosa tarea acompañar a los hombres por el camino que lleva a la luz, a los amplios espacios, enseñarles a conocer la luz y la infinitud de Dios. Cuando inicié, hace ya 35 años, esta actividad, tenía miedo de cómo saldrían las cosas.