El libro trata de mis recuerdos, que juzgo interesantes, sobre la vida de un bisabuelo mío y de su familia. Este fue gobernador militar de Filipinas durante la época en que el archipiélago era colonia española. También me ha animado a escribirlo el deseo de dedicar un pequeño homenaje a tanto español que colonizó, defendió, y evangelizó las islas, casi siempre de forma escondida, y a menudo de heroica. Y también a los hijos del archipiélago que, como me contaba mi tía-abuela Isabel que convivió con ellos muchos años, son en su gran mayoría cariñosos, sonrientes y acogedores; y para quienes la familia tiene una importancia capital; son en general excelentes personas, y en gran número buenos católicos. Y porque además Filipinas es, si nos referimos a la evangelización católica, nada menos que (en frase de San José María Escrivá, el fundador del Opus Dei) ¡la vanguardia del Oriente!