Escrito en en los huesos

Me parece un desperdicio convertirse en humo o ser enterrada en la tierra sin propósito alguno. ¿Acaso hay algo más adecuado para una anatomista y antropóloga forense que querer ser un esqueleto articulado cuando sea mayor?

Estas etapas claramente definidas del desarrollo hacen que los dientes sean un elemento importantísimo para estimar la edad de los restos de un menor.

Purgar las cavidades nasales y recoger el líquido para recuperar polen, esporas u otros desechos puede proporcionar información vital sobre el entorno en el que el fallecido respiró por última vez. Cuando logramos identificar el polen de una planta determinada dentro de las cavidades nasales, el hallazgo puede indicarnos que la víctima murió en un lugar distinto a donde se encontró el cuerpo.

Estas bolsas de aire se fusionan para formar los senos paranasales frontales, las cavidades cubiertas por el epitelio respiratorio que produce el moco que acabará en la nariz. No comprendemos del todo por qué se forman, pero sí sabemos que muy probablemente la forma de la cavidad en el hueso frontal es distinta en cada individuo. Esta información puede ser valiosa para confirmar la identidad de un cadáver si tenemos acceso a radiografías de esta zona hechas en vida y podemos compararlas con las del cuerpo.

El antropólogo ha de estar preparado para perforar este hueso tan denso que se desarrolla alrededor de la cápsula ótica del embrión, la precursora del oído interno. Esta es una parte fascinante del cráneo que al nacer ya está formada y tiene el tamaño adulto; se cree que no cambia nunca.

la vida siempre se complica.

la adversidad suele ir acompañada de ingenio y determinación

Los expertos aprenden a leer distintas partes del cuerpo dependiendo de cuál sea su objetivo. Un médico buscará indicios de enfermedad en los tejidos blandos y los órganos; un patólogo clínico examinará biopsias de tumores o categorizará cambios en las células para determinar la naturaleza y la progresión de una enfermedad o trastorno. El médico forense se centrará en la forma y la causa de la muerte, mientras que el toxicólogo forense analizará líquidos corporales, que incluyen la sangre, la orina, el humor vítreo del ojo o el líquido cefalorraquídeo, para comprobar si había consumido drogas o alcohol.

Sin embargo, cuando hay partes dañadas se producen modificaciones, y la edad también influye en cómo se renuevan esas partes, de manera que el aspecto del esqueleto sí va cambiando a lo largo de la vida.

Las acciones del pasado no siempre encajan con la moral actual.