La guerra del fin del mundo

aunque su nombre era Antonio Vicente y su apellido Mendes Maciel, comenzaron a llamarlo el Consejero.

En él las peores heridas no son físicas.

En él las peores heridas no son físicas.

—¿T

La política es un quehacer de rufianes.

La gruta de María Quadrado se convirtió en lugar de devoción y, junto con el Calvario, en el sitio más visitado por los peregrinos.

Pese a ello, todo Monte Santo quedó asombrado cuando se supo, esa mañana, que el Consejero se había marchado del pueblo y que María Quadrado se había ido también entre sus seguidores.

las mujeres a quienes el marido quería golpear por ociosas o matar por adúlteras corrían a refugiarse a su gruta, pues sabían que, teniéndola como defensora, ningún hombre de Monte Santo se atrevería a hacerles daño.

No fui a explorar el terreno con miras a uno de esos mensajes de violencia pedagógica en cuarteles, conventos, prefecturas y, en general, todos los baluartes de la explotación y la superstición que, a juicio de muchos compañeros, son indispensables para combatir los tabúes con que se ha acostumbrado a los trabajadores a ver esas instituciones y demostrarles que ellas son vulnerables.

Rufino —hombre joven, de cuerpo enteco y flexible, cara angulosa, lampiña, curtida por la intemperie

podían ocurrir tal vez antes de lo que tardase el poblado en poner derecha la capilla al