(te)Amo porque existir (me)duele menos

tan particular; tu cuello delgado y esbelto. Mimo mis ojos con tu imagen. Te beso una vez, te beso dos, te beso mil, no me canso; cada vez me gusta más, cada vez me gustás más.

Tus cejas; tus ojos marrones (un poco más claros que los míos); tu nariz; tus pecas; la forma de tus labios, que me enloquece; la suavidad de tu piel, que trasciende el tacto; tu mentón, con esa forma

Me tiemblan las manos. Tengo miedo de dejar de escribir, tengo miedo de que la compuerta se abra. Quiero que mi niño salga de ahí detrás, quiero abrazarlo, pedirle perdón por tanto encierro. Por haberle mentido descaradamente durante tanto. Por repetirle una supuesta verdad hasta hacerla realidad, por haberle incrustado concepciones idiotas a través de un cráneo blando y maleable. Porque sí, soy muy maleable.