El hombre invisible

momentos, me gustaría que comprendiera que una mínima molestia, como por ejemplo el que alguien entre de pronto en la habitación, me produciría un gran disgusto.
‐Claro, señor‐dijo la señora Hall‐, y si me permite preguntarle...
‐Creo que eso es to

nombre.

‐¡Qué me estás diciendo! ‐le contestó Hall, que era un hombre bastante aprehensivo.

‐Sí ‐continuó Teddy‐. Y ha pagado por una semana. Sea quien sea no te podrás librar de él antes de una semana. Y, además, ha traído un montón de equipaje, que le

‐Prefiero tenerlos puestos.

que regatean. Estaba dispuesta a no desaprovechar su buena fortuna. Tan pronto como el bacon estuvo casi pre

prepararle algo de comer. Que un cliente se quedara en in

hasta el salón para concertar el precio. Sin más presentaciones,

­pués siguió a la señora Hall hasta el salón para concertar el precio. Sin más presentaciones,

¡Una habitación con un fuego!»

Dio unos golpes en el suelo y se sacudió la nieve junto a la barra.

ego, por caridad! ¡Una habitación con un fuego!» Dio unos golpes en el suelo y se sacudió la nieve junto a la barra. Después siguió a la señora