Los lugares equivocados

no me favorecía demasiado, pero era todo lo que mi familia quería. Complacerlos a veces es más urgente que ser feliz.

Después trató de convencerse de que ella iba a volver. Los hombres nunca terminan de entender por qué se separan.

Los días antes de empezar su retorno se dio cuenta de que cada mañana, antes de abrir los ojos, ya estaba preocupada. No estaba segura de dormir tampoco. El resto del día parecía un álbum de figuritas donde coleccionar nuevas razones para tener miedo.

La sensualidad está en todos lados, pensé. La sensualidad es como un río.

. El amor tenía mucho más que ver con una elección y fui por ella

fue la primera vez que disfruté el beso por lo que es, un océano.

Puedo decir que, desde mi primer beso, el órgano sexual más importante fue mi cerebro.

Su boca quebrada hacia abajo traslucía el peso de esos años que pasó abocada a la gimnasia de la sonrisa. Los treinta y siete músculos que mueve una cara para sonreír salieron gastados, como neumáticos sin grasa. Una compañera me preguntó si era mi abuela. Dije que sí.

. Ella primero le responde a todo que no, evoca el miedo que implican esas ideas raras. Hay que permanecer quietos, prefiere la tranquilidad antes que ser feliz. Va a diseñar, algún día, su propia felicidad y listo. Aprende a decir no como elemento indispensable para la estabilidad de una familia: alguien tiene que ocuparse del orden. Siente que, en lugar de construir una familia, crearon una nube, algo sin límites precisos.

Le impresionan los nacimientos tanto como a los hombres les impresiona la muerte. Cuando se trata de ellos, es todo una carrera hacia atrás.