El cuerpo produce tres tipos de lágrimas: basales, que son omnipresentes y actúan como lubricante; irritantes, que actúan como defensa del ojo ante un cuerpo extraño, y psicogénicas, que expresan emociones. La diferencia entre las lágrimas psicogénicas de la tristeza y las lágrimas irritantes de la cebolla no se da en la estructura más amplia de los cristales, sino en la capa más profunda de proteínas. Todas las lágrimas psicogénicas tienen niveles proteínicos más elevados que las lágrimas irritantes o basales.