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Hiromi Kawakami

Los amores de Nishino

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  • Silvia Arenasfez uma citaçãohá 12 horas
    De pronto, Yukihiko había vuelto a ser desenfadado. Estaba simple y llanamente en la luna, como de costumbre. Se había hartado de mí.
  • Silvia Arenasfez uma citaçãohá 12 horas
    Nos abrazamos. Con ternura. Como el agua. Pero sin convertirnos en agua.

    Estábamos inquietos. Estábamos extasiados. Estábamos desesperados. Eramos ligeros. Empezábamos a amarnos. Pero fracasábamos en el intento y nos quedábamos a las puertas del amor.

    Luego, Yukihiko se hartó de mí.
  • Silvia Arenasfez uma citaçãohá 12 horas
    —¿Qué tiene de malo ser artificial? —murmuré mientras le acariciaba el pelo.

    Yukihiko sacudió la cabeza.

    —No es bueno.

    —Qué más da, a mí me encanta que seas artificial.

    —No, no es bueno.

    —¿Por qué?

    —Porque, al ser artificial, un día dejarás de gustarme.

    —¿Ah, sí?

    —Sí, al final los seres artificiales nunca se mezclan con personas de verdad.
  • Silvia Arenasfez uma citaçãohá 12 horas
    En Yukihiko siempre había un punto de torpeza. Eso pese a lo desenfadados que resultaban su comportamiento, sus palabras, sus actos. Era desenfadado, impecable, fantástico. Y sin embargo, dentro de su cuerpo había ese punto de torpeza.
  • Silvia Arenasfez uma citaçãohá 12 horas
    Ahora Yukihiko se había enamorado de mí.

    Me di cuenta al instante. Lo vi claro.

    —¿Qué es lo que será posible? —le pregunté, pero Yukihiko no respondió. No fue capaz de contestar. Yukihiko, el que nunca se había enamorado de verdad de una chica. Yukihiko el miedoso. Sí, Yukihiko era un aprensivo.

    Pese a que trataba a las mujeres con tanto refinamiento. Pese a que podía llegar a ser tan violento. A pesar de todo ello, Yukihiko tenía miedo.

    ¿A qué?

    Quizá a todo lo que tuviera que ver con las palabras «para siempre». Quizá a lo que desprendía ese tenue olor que hay en el cálido aliento de las personas. Quizá a las cosas húmedas y fragantes que nos dan el cielo, el agua que corre y la tierra.

    Yukihiko tenía miedo de esas cosas y de las mujeres vinculadas a esas cosas y por eso nunca se enamoraba de ellas. No quiero decir que lo hubiera intentado y no hubiese sido capaz, sino que, de forma natural, ese sentimiento estaba fuera de su alcance. Carecía de él.

    Pero ahora se había enamorado de mí.

    Me recuerda a alguien

  • Silvia Arenasfez uma citaçãohá 12 horas
    Fue entonces cuando Yukihiko se enamoró de mí.

    Aunque hubiésemos empezado a vernos a solas y yo me quedara a dormir en su casa (jamás dejaba que él se quedara en mi piso, por el mismo motivo por el que había dejado de llamarlo por teléfono), él no me quería en realidad. Lo intuía de algún modo. Yukihiko estaba simple y llanamente en la luna. Tan llanamente que si una no se fijaba bien, era imposible saber si estaba o no en la luna.

    Era como el autómata de un reloj.
  • Silvia Arenasfez uma citaçãohá 12 horas
    Me impactó que Yukihiko supiera mi nombre de pila, cuando hasta entonces siempre me había llamado por mi apellido, «Enomoto». Me impactó recordar que yo tenía un nombre. Me impactó el hecho de que mi nombre, en boca de Yukihiko por primera vez, hubiera empezado a derretirse dulcemente
  • Silvia Arenasfez uma citaçãohá 12 horas
    El resuello contenido, la ternura de sus gestos, la suavidad de su voz no lograron ocultar su violencia. Porque las bestias que se abaten sobre sus presas siempre son violentas. Las criaturas grandes se abaten sobre las criaturas más pequeñas con movimientos refinados, sin malgastar energías. Cuanto más refinadas y eficientes, más violentas son.
  • Silvia Arenasfez uma citaçãohá 12 horas
    Qué tontería estás diciendo? Una no se enamora sin haber conocido suficientemente a alguien. Además, ya tengo mis años. No estoy yo para romances juveniles. Los adultos, cuando se atraen, se aproximan, notan la presencia del otro, se huelen, intercambian palabras y se tantean». Eso habría dicho entre risas. Pero ahora ya no soy capaz de reírme. Es un amor estúpido. Un amor semejante a una bestia herida y acurrucada, que está paralizada y no se puede mover. Yukihiko se adueñó de mí, me dejó herida de amor, como si fuera lo más fácil del mundo, sin armas arrojadizas, sin garras ni colmillos
  • Silvia Arenasfez uma citaçãohá 12 horas
    Ese mes de mayo, Yukihiko me hizo suya como si fuera lo más fácil del mundo. Como el coleccionista que extiende las alas de una mariposa y la fija con alfileres a una caja. Como quien prepara delicadamente un muestrario con un insecto ya atrapado y muerto. Porque a mí ya me había atrapado. Sin siquiera habernos tocado. Sin siquiera habernos mirado
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