Considerando la Belleza, pues, como mi dominio, la siguiente cuestión tenía que ver con el tono en su más alta manifestación; y la experiencia siempre me ha demostrado que dicho tono es la tristeza. La Belleza de cualquier tipo lleva, en su forma más elevada, invariablemente al alma sensible a las lágrimas. La melancolía se presenta, por lo tanto, como el más legítimo de los tonos poéticos.