madera no te miente, ¿sabe? —respondió, marcando uno de los tableros con un lápiz—. Creo que es la única cosa viva que te cuenta la verdad. Si está seca, se agrieta; si no es de buena calidad, se abomba con la humedad. Puedes saber su resistencia, su dureza, de dónde viene y qué va a ser. No te suele hacer daño.