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Livros
Martín Caparrós

Los Living

  • Diego Camposfez uma citaçãohá 5 anos
    Nos quieren convencer de que formamos parte de grandes conjuntos –una comunidad, una ciudad, un gremio, un país, la humanidad– y después resulta que cuando uno hace algo tan decisivo como nacer le importa a siete u ocho
  • Rafael Ramosfez uma citaçãohá 17 horas
    Era mamá, mi mamá –donde la palabra mi estaba tan clara que ni siquiera precisaba decirla–, que todo lo hacía por mí, para mí, así que si se cerraba la bata yo creía que la cerraba por mí y me daba una vergüenza espantosa y trataba de no mirar sus bordes negros y sus muslos y los miraba mucho más, de reojo, con los ojos cerrados, como si ella con cada movimiento me dijera no deberías mirarlos o sea: los mirás, vas a mirarlos, miralos, no deberías mirarlos.
  • Rafael Ramosfez uma citaçãohá 17 horas
    Pero yo no entendía: no sólo no entendía –todavía no entendía– que hacerse el boludo es la única forma de pelear contra el destino, si alguien resulta tan boludo como para, primero, creer que hay un destino y, segundo, ya creído, ofrecerle pelea
  • Rafael Ramosfez uma citaçãoontem
    En todo caso, yo cerraba los ojos –y ése es el mayor privilegio de los chicos: creer, todavía, que cerrar los ojos va a apartar la amenaza–
  • Rafael Ramosfez uma citaçãohá 10 dias
    Quien teme no llegar a conocer el desarrollo de una historia sólo desconfía de las circunstancias: teme que algún hecho exterior lo aparte del camino de ese conocimiento. En cambio, quien empieza a creer que olvidará lo ya aprendido está descreyendo de sus propias capacidades, poniendo en duda su idea de sí mismo para caer en otra, resignada, humillante: que uno es uno que no sabe si recordará lo que querría. La memoria es una incertidumbre permanente –y nada es más fácil que olvidar lo que querríamos recordar, y viceversa–, pero en general nos las arreglamos para olvidar también que queríamos recordar tal o cual cosa, y quedamos en paz.
  • Rafael Ramosfez uma citaçãohá 10 dias
    Mamá vivía con el temor de no saber cómo seguía la historia. O debería decir terror: mamá vivía con el terror de no saber cómo seguía la historia. O, quizás, en la duda: mamá vivía entre el temor y el terror de no saber cómo seguía la historia –pero entonces debería suponer que hay algo entre el temor y el terror, que entre los dos se extiende un territorio transitable. Quizás: un territorio donde el viandante puede cruzarse con una cucaracha y pensar que debe evitar todo contacto porque la cucaracha es pasible de transmitirle impurezas e infecciones que podrían provocarle malestar y donde, un poco más allá, si sigue caminando, si ha seguido pensando en la amenaza de la cucaracha, el mismo viandante puede topar con una y lanzarse a grititos y aspavientos y manos cruzadas ante su genitalia en un gesto que, aunque sea producido por un hombre, cualquier espectador definiría –sus prejuicios– como perdidamente femenino.
  • Rafael Ramosfez uma citaçãohá 10 dias
    El arte es robar con precisión, dice –o, mejor dicho, dice: descubrir qué recordar y qué olvidarse.
  • Rafael Ramosfez uma citaçãohá 10 dias
    –¿Cómo voy a decir vuelvo al arte? Como si uno pudiera irse del arte, como si del arte uno pudiera ir y volver, como si todo esto que hacemos no fuera también arte.
    Dice, y la frase, se ve, lo satisface mucho: se queda unos segundos suspendido, oyéndole los ecos en el aire y después grita Titina traete un par de whiskies. Como si todo en la vida no fueran tropezones del arte, dice.
  • Rafael Ramosfez uma citaçãohá 16 dias
    Yo era un capullo de lana blancuzca con la cara como un repollo en mitad de la cocción, y no miraba a cámara. La foto, ahora, se ha grisado y es, queda dicho, única. No eran épocas, aún, de tantas fotos. Entonces las personas no se desesperaban por fijar todo en imágenes; confiaban, esperaban, creían todavía que podían acordarse de las cosas –y era una suerte, porque las memorias son tan falibles, tan maleables.
  • Rafael Ramosfez uma citaçãohá 16 dias
    Cuando nací llovía, pero no debo tomarlo como un signo. Entre los infinitos errores que cometemos, aun antes de nacer, los hombres, uno de los más vulgares consiste en creer que ciertos fenómenos ajenos deberían influir en nuestras vidas: que algo tan general, tan vago, tan olvidable como una lluvia en pleno invierno puede tener algo que ver con algo tan general, tan vago, tan olvidable como los caminos que puede tomar la vida de alguien. Aunque el error de esta frase está claro: cuando nací, yo no era algo tan general, vago y olvidable. Cuando nací yo era tantas cosas. Era el primogénito, era el que iba a cambiarle la vida a mamá y a mi padre, era el argentino más joven más nuevito, era pura potencia acumulada. Desde ese mismo momento empecé a perder algunas de mis cualidades, y no siempre las que el lector podría imaginar. Porque de eso se trata todo esto: de estar lleno de potencia e ir perdiendo.
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