en diversos puntos… sobre todo en evitar […] la expresión directa […] para dejar así mucho espacio a la imaginación… en escribir como si el autor estuviera firmemente convencido de la verdad pero asombrado ante la inmensidad de los portentos que relata y para los cuales supuestamente ni pide ni espera credibilidad… en la minuciosidad del detalle, especialmente en puntos que no guardan una estrecha relación con la historia central […] en resumen, utilizando la infinidad de artificios que dan verosimilitud a una narración… y dejando el resultado como un portento que no haya que explicar […] El lector […] percibe y acepta el humor del escritor y por consiguiente permite que lo influya. Por otro lado, ¿qué dificultad, inconveniente o peligro puede haber en dejarnos en la ignorancia sobre hechos importantes como que cierto personaje no llegó a descubrir el elixir de la vida, no se hizo realmente invisible y no era ni un verdadero fantasma ni un auténtico Judío Errante?