Puede que la maternidad exija energía, pero, al mismo tiempo, ese alto precio ofrece a las hembras de los mamíferos mucho más control que a los machos a la hora de modelar su preciosa inversión genética. Desde esta perspectiva alternativa, lejos de ser irrelevantes, las madres ejercen una mayor influencia evolutiva que los padres. Y, para Altmann, eso también les da más poder.