Anhelo

Pero en treinta días pueden cambiar muchas cosas; puedes perder muchas cosas.
De hecho, con lo único que he podido contar en las últimas semanas es con la certeza de que, por muy mal que vaya todo, siempre puede empeorar…

Todas mis terminaciones nerviosas gritan de dolor y de éxtasis mientras una única palabra me viene a la mente una y otra vez: compañera.

—¿A quién te recordaba el boceto de Klimt cuando lo compraste?

—A ti. —Responde rápida y sinceramente—. Sólo que aún no lo sabía.

»Estábamos convencidos de que podríamos acabar con esto mucho antes de llegar a este punto, pero una cosa es eliminaros a ti y a Lia, y otra es eliminar a Jaxon. Cuando nos dimos cuenta de que él también estaba implicado en el plan, la cosa cambió completamente.

—Todo ha sido un plan de Lia desde el principio. Por eso te trajo hasta aquí.
—Lia no me trajo aquí. Mis padres murieron…
—¿No lo pillas? Ella mató a tus padres con el objetivo de que tú acabases aquí. Lo supimos con total certeza cuanto llegaste y los lobos se acercaron lo bastante a ti como para olfatearte.

Me da un bofetón con tanta fuerza que me estampo contra la pared más cercana.
—No te haces una idea de cuánto tiempo llevo queriendo hacer eso —me dice—. Ahora, siéntate y cierra la boca, o dejaré que Jaxon te alcance.

Los ojos le brillan como lo hacen siempre que quiere algo, y siento un hormigueo en el estómago al darme cuenta de que lo que quiere es a mí.

—No puedo aceptarlo, Jaxon —digo, aunque todo en mi ser me grita que me aferre al collar y que no lo suelte jamás—. Es…
Enorme. Y no me quiero ni imaginar cuánto habrá costado. Seguro que más que todas mis posesiones juntas.
—Perfecto para ti —dice apartando un poco el colgante y dándome un beso en la piel que cubría.

Levanto la boca para recibir otro beso, pero se aparta antes de que pueda pegar mis labios a los suyos. Empiezo a seguirlo, pero él sólo sonríe y me acaricia el labio inferior con el pulgar.
—Si empiezo a besarte ahora, no voy a querer parar.

Me besa como si tuviera sed de mí. Como si su mundo dependiera de ello. Como si yo fuese lo único importante.