La historia de la integración europea no se inicia en la segunda posguerra del siglo XX: ese fue solo el epílogo de un larguísimo proceso de formación política, religiosa y sociocultural que empieza con la gran aventura de Alejandro Magno y su extemporáneo imperio universal. En los siglos posteriores, Europa se convierte en tierra de inmigración de poblaciones de origen asiático y matriz indoeuropea, que encontraron con un continente emergido de las nieves y ocuparon su «espacio vital». Pueblos todavía hoy en gran parte presentes, que se reconocen en una Europa que, como entidad, conserva una identidad característica en el plano político. Religioso e histórico-cultural. Este libro quiere contar qué fuerzas e ideales han permitido a «gentes» distintas entre sí integrarse y convivir a través de hechos, personajes, pensamientos, religiones, dinastías reales y luchas de poder.
El texto se concibe con una estructura temática plural que quiere reflejar las diversas «almas» europeas y ofrecer en cada una su interpretación concreta. La introducción expone principios, conceptos, cuestiones, pero también recorridos filosóficos y culturales a lo largo de los cuales se ha formado la cultura incluyente europea, aunque no totalmente homogénea y durante largos periodos dramáticamente conflictiva, mostrando los hitos de desarrollo del pensamiento común continental, gracias a un discurso de impronta filosófica oriental y clásica. Por su parte, la Primera Parte cuenta la historia de los hechos, personajes y líneas evolutivas europeas, con una aproximación historiológica griega, poniéndola en relación con la acción y la función del Imperio (en particular, el cristiano), que a lo largo de los siglos ha «atraído» a los diversos pueblos ubicados en Europa y los ha instruido en un modelo de civilización y de organización sociopolítica todavía hoy bien visible en todos los rincones del continente: la formación de los estados y las naciones europeos hoy incluidos en la UE son por tanto el producto de la «escisión» del Imperio durante dos mil años. En la Segunda Parte se profundiza en la evolución del pensamiento jurídico y político europeo con el método de la tratadística jurídica romana, siguiendo el desarrollo de la función de la Auctoritas, de la primera configuración en la antigua Res Publica de Roma poco a poco hasta las épocas del Medioevo, el Renacimiento y Moderna, para demostrar la continuidad de su reelaboración conceptual en toda forma política y jurídica de poder impuesto en todas las latitudes europeas, hasta los llamados «estados modernos» de las repúblicas democráticas y constitucionales actuales. La Tercera Parte es una síntesis de la historia del cristianismo, de los acontecimientos de las primeras «comunidades» formadas en época imperial y luego extendidas por toda Europa gracias a la acción evangélica del monjes misioneros y la política de cristianización de los pueblos europeos, dirigida por el Imperio y la Iglesia institucional, bajo la señal de la visión escatológica bíblica de la «salvación para todos los que creen en Cristo», que tiene una base hebrea evidente y gana fuerza por la figura única en la historia humana de Jesús de Nazaret. A lo largo del relato, se explican también los acontecimientos que en todas las épocas han señalado la historia de la Iglesia cristiana, de las polémicas conceptuales originales al dogmatismo imperial, del enfrentamiento entre las diversas «iglesias» surgidas en Europa en el Medioevo a las luchas entre el papado y el imperio, hasta la protesta y la reforma que han configurado el estado de la religiosidad cristiana actual. La Parte Cuarta es un relato críptico, que quiere «desvelar» (dando así fin al recorrido evolutivo en marcha) la historia europea en virtud de sus raíces culturales, sus mitos fundadores y el camino del «pueblo europeo», inspirando una impostación metafísica de origen celta: de hecho, solo adentrándose en los diversos «misterios» explicados en la cosmogonía greco-oriental