Así, en el primer ensayo se plantea cómo la poesía es capaz de abrir mil puertas para que ese algo propio, ese pathos secreto, encuentre, por los caminos infinitos del lenguaje, uno, el que llegue al poema que buscábamos con nuestras decepciones y nuestros deseos y que, al decirse, nos haga un lugar entre las cosas.