Culpa-3-Culpa nuestra

Y lo siento, Noah, pero con ella todo es más fácil. No hay drama, no hay problemas. Sophia es una mujer, no una niña.

Extendí el brazo y llevé su mano hasta mi vientre, con la mía encima de la suya. Fue un momento increíble… un momento que, a pesar de todo lo malo y de todo lo que todavía llevaba bien guardado dentro de mí, recordaría para siempre.

Del amor al odio no hay más que un paso

Pero la vida es así de imprevisible. Uno no controla lo que está por venir, no controla con quién chocará a la vuelta de la esquina

entregas tu corazón a alguien, dejas que custodien esa parte de ti para luego descubrir que no solo no lo han cuidado como tú esperabas sino que lo han machacado hasta hacerlo sangrar;

Cuando conoces a la persona con la que quieres pasar el resto de tu vida, ya no hay marcha atrás.

Este libro es para vosotros. ¡Os quiero, «Culpables»!

No hay nada como escribir para uno mismo, pero cuando sabes que tanta gente espera emocionada algo que tú estás creando, la experiencia se convierte en algo maravilloso.

—Hostia… —soltó como único comentario—. ¿Te has vuelto loca? —dijo dando cuatro pasos hacia delante.

—Te dije que te debía un Ferrari, yo no olvido mis promesas.

Nicholas me miró con incredulidad y soltó una carcajada que me llenó el pecho de alegría. Vino hasta mí y me levantó entre sus brazos haciéndome girar.

Julie no nació por sorpresa; es más, estuvimos buscándola durante seis largos años. Como yo había supuesto, mi primer embarazo había sido un auténtico milagro, ahora que echaba la vista atrás estaba segura de que Dios nos había regalado a Andy como único método para volver a juntarnos.

Cuando supimos que era una niña nos pusimos locos de contentos. Nicholas tenía pasión por su hija, pero ella, fiel a su madre, no quería saber nada ni de meterse en el mar ni mucho menos de que la subiesen a una tabla flotante. Mi hija era feliz en mis brazos y yo disfrutaba dedicándole todo mi tiempo.