«Buenas noches, Jane, equis tumbada, interrogante que duerme boca arriba. Sabes a humo y a ginebra. Tu belleza no se acaba ni se extingue, simplemente se transforma. Dejas al huir una herencia confusa y nombre de bolso. Tuya es la mano que mece los deseos de los hombres….»
La ciudad, la noche y la búsqueda de un amor ideal nunca alcanzado construyen esta deslumbrante novela a caballo entre la poesía y la ensoñación. El protagonista, un hombre joven que no encuentra su sitio, vaga entre la oscuridad y la vigilia de una ciudad que duerme y lleva sus pasos desde Madrid a París, como un romántico flanêur del siglo XXI en un recorrido que derrocha tanto ingenio como luminosidad.
El paseante irá descubriendo cómo se derrumba su mundo construido en torno a privilegios heredados. Unos antepasados ilustres que se desdibujan, un secreto que desvela una historia de amor prohibido, una niña inocente que no lo es tanto le enfrenta contra su impostura. Y al fondo la vida que late como en un escenario en donde nada es lo que parece. O sí.