Prontos, listos, ya

Me gusta meterme al agua de mar por primera vez después de tiempo.

Quisiera decir. Quisiera decir. Quisiera decir tu nombre. Quisiera contarte. Que tengo abierta una herida. Canto junto a José Luis Perales pensando en José Enrique. Quizás un día José Enrique me bese. No me gustan los dientes que tiene. Ese sería un problema. Se le enciman los colmillos. Los tiene trepados a la encía, amarillos. Cuando miro a José Enrique mis ojos se pierden en los dientes y no puedo evitarlo.

Yo quiero un novio con rulos y que le encante nadar en el mar y que tenga los labios paspados por el sol

Miro el cielo bajo el agua y entonces todo se me cura.

No, no soy yo la condenada. El condenado es el muerto,

Yo quiero un novio con rulos y que le encante nadar en el mar y que tenga los labios paspados por el sol.

A veces el viaje es tan largo que me acostumbro y después no quiero llegar.

Ahora voy en la ventanilla. Es una suerte. No sucede con frecuencia, porque soy hermana del medio, la tercera después de mi hermana y mi hermano, y las hermanas del medio nunca van en ventanillas.

o como el enojo divino del entrecejo profundamente pronunciado de Dios, que es el padre de Jesucristo, aunque a fin de cuentas padre e hijo son la misma gran persona, que es Jesucristo Nuestro Señor, que Desde Allí Ha de Venir a Juzgar a Los Vivos y a Los Muertos. Jesucristo. Jesucristo. Jesucristo, yo estoy aquí, digo en secreto. Cuánta violencia para amanecer, pienso,

Ella me dijo que no llorara pero no encontré razón para no hacerlo. Mamá me dijo que no llorara pero por más que traté no pude hacerlo.