todo esto que escondo y espero y que no llega,
es la razón que me desangra dentro.
A veces ocurre que de tan hambrientos
inventamos el sueño, la esperanza…
Y mortalmente heridos, agonizamos por todos los hijos
que se nos quedaron dentro,
y por las palabras desquebrajadas,
presas entre los molares apretados del miedo;
las que luchan por sobrevivir
y a veces se nos caen de la boca
como un aborto ciego y doloroso.
Algo se rompe acá dentro y pienso:
me estoy vaciando viva.
Todos los adioses se agolpan y me miran
a mitad de la noche.