En primer lugar, el vídeo publicado en YouTube en 2014 por la influencer australiana Essena O’Neill, en el que anunciaba que abandonaba las redes sociales. En ese vídeo, explicaba a cámara, llorando, el malestar emocional que le había provocado sentir que existía una escisión entre el yo público mostrado en sus redes y su yo real. La declaración vino acompañada de la eliminación de todas sus imágenes en Instagram, aunque antes reposteó algunas de ellas explicando el trabajo que había detrás: los centenares de versiones de una fotografía aparentemente instantánea, los filtros o la colaboración con las marcas. El segundo momento significativo se produjo cuando el youtuber español El Rubius fue entrevistado en 2016, en una televisión privada, por el presentador Risto Mejide. En un momento de la conversación, El Rubius se puso a llorar mientras explicaba el peso de la fama y de la soledad que estaba experimentando.