En este sentido, se buscó recuperar los valores intangibles del patrimonio tangible. Estos datos son de gran utilidad para el museo, pues no sólo sirven para diversificar la información en salas, sino también para potenciar todas las formas de mediación museística. En el primer caso, por ejemplo, se pasa de la ficha técnica tradicional a fichas explicativas más completas; en el segundo, se puede enriquecer más la museografía, las escenificaciones y representaciones, las visitas guiadas, los textos, las hojas de trabajo, etcétera. La recuperación de los valores intangibles daría un sentido de actualidad a objetos, colecciones y exhibiciones, lo que, además, conllevaría la generación de nuevos productos y la atracción de más y nuevos públicos.