«Esta criatura de alta soledad y vuelo invicto transmuta en múltiples dimensiones que han incidido desde siglos en el espíritu de los hombres. En el transcurso de diversos viajes por el Perú contemplé durante horas decenas de cóndores sobrevolar a pocos metros, en el Cañón del Colca. Perpleja y conmocionada por el imperio de su sombra intenté transmitir en estos poemas los ecos de su silencio y la extensión universal de su mensaje.»