Concibe su propio sufrimiento como una compensación que lo libera de la obligación moral de pagar. Si no se ha suicidado es gracias a que todavía no cumple su cuota de sufrimiento físico para quedarse tranquilo por lo que en el fondo considera una estafa. Por eso no se resiste al castigo. Gracias a Dios que no tiene el dinero para pagarle a su hermano, de lo contrario ya se hubiera matado.