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Delphine de Vigan

Las gratitudes

  • Daniela Jiménezfez uma citaçãohá 8 horas
    que es verdad, al final es muy duro. Uno piensa que tendrá tiempo de decir las cosas, y cuando se quiere dar cuenta ya es demasiado tarde. Uno piensa que basta con dar muestras de cariño, con hacer gestos, pero no es verdad, hay que decir lo que se siente. Decir, esa palabra que tanto te gusta, Michka.
  • Daniela Jiménezfez uma citaçãohá 8 horas
    insultos, las ofensas, el sarcasmo, las críticas, los reproches dejan huella. Una huella imborrable. Y esa mirada que juzga, buscando el punto débil. Y las amenazas. Todo eso hace mella, ¿sabes? Luego cuesta recobrar la confianza en uno mismo. Volver a quererse.
  • Daniela Jiménezfez uma citaçãohá 9 horas
    hilo de la comunicación se ha roto.

    El silencio le ha ganado la partida. Y ya nada la retiene.
  • Daniela Jiménezfez uma citaçãohá 9 horas
    veces conviene aceptar el vacío que deja la pérdida.

    Renunciar a la distracción. Aceptar que ya no hay nada que decir.

    Permanecer sentado, a su vera.
  • Daniela Jiménezfez uma citaçãohá 9 horas
    Envejecer es aprender a perder.

    Asumir, todas o casi todas las semanas, un nuevo déficit, una nueva degradación, un nuevo deterioro. Así es como yo lo veo.

    Y ya no hay nada en la columna de las ganancias.

    Un día ya no puedes correr, ni caminar, ni inclinarte, ni agacharte, ni levantarte, ni estirarte, ni encorvarte, ni darte la vuelta de un lado, ni del otro, ni hacia delante, ni hacia atrás, ni por la mañana, ni por la noche, ni nada de nada. Solo puedes conformarte, una y otra vez.

    Perder la memoria, perder los referentes, perder las palabras. Perder el equilibrio, la vista, la noción del tiempo, perder el sueño, perder el oído, perder la chaveta.

    Perder lo que te han dado, lo que te has ganado, lo que te merecías, aquello por lo que luchaste, lo que pensabas que nunca perderías.

    Readaptarse.

    Reorganizarse.

    Apañárselas.
  • Daniela Jiménezfez uma citaçãohá 4 dias
    Soy logopeda. Trabajo con las palabras y con el silencio. Con lo que no se dice. Trabajo con la vergüenza, con los secretos, con los remordimientos. Trabajo con la ausencia, con los recuerdos que ya no están y con los que resurgen tras un nombre, una imagen, un perfume. Trabajo con el dolor de ayer y con el de hoy. Con las confidencias.

    Y con el miedo a morir.

    Forma parte de mi oficio.

    Pero lo que me sigue sorprendiendo, lo que me alucina incluso, lo que aún hoy –tras más de diez años de práctica– me deja a veces sin aliento, es la perdurabilidad de las penas infantiles. La huella ardiente, incandescente, que dejan a pesar de los años. Una huella indeleble.

    Miro a mis viejos, tienen setenta, ochenta, noventa años, me cuentan recuerdos antiguos, me hablan de épocas lejanas, ancestrales, prehistóricas, sus padres murieron hace quince, veinte, treinta años, pero el dolor del niño que fueron sigue ahí. Intacto. Puedo leerlo en sus caras y escucharlo en sus voces, apreciar a simple vista cómo palpita en sus cuerpos, en sus venas. En circuito cerrado.
  • Daniela Jiménezfez uma citaçãohá 4 dias
    Sin el lenguaje, ¿qué nos queda?
  • Daniela Jiménezfez uma citaçãohá 4 dias
    Cuando sea vieja me tumbaré en la cama o me arrellanaré en un sofá y escucharé la música que ahora escucho, la que ponen en la radio o en las discotecas. Cerraré los ojos para recobrar la sensación de mi cuerpo en pleno baile. Mi cuerpo desatado, ligero, dócil, mi cuerpo en medio de otros cuerpos, mi cuerpo liberado de miradas ajenas, bailando sola en medio del salón. Cuando sea vieja pasaré horas así, atenta a cada sonido, a cada nota, a cada impulso. Sí, cerraré los ojos y me proyectaré mentalmente en la danza, en el trance, recuperaré uno a uno los movimientos, los quiebros, y mi cuerpo se ajustará de nuevo al ritmo, al compás, a la pulsación.
  • Daniela Jiménezfez uma citaçãohá 4 dias
    que me resulta más doloroso, más insoportable, es la idea de que ya nadie me toque. La desaparición progresiva o repentina del contacto físico.

    Quizá la necesidad ya no sea la misma, quizá el cuerpo se retraiga, se acurruque, se entumezca, como durante un largo ayuno. O quizá, por el contrario, se queje de hambre, una queja muda, insoportable, que ya nadie quiere escuchar.
  • Daniela Jiménezfez uma citaçãohá 4 dias
    Cuando me imagino vieja,
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