Tendría que comer y beber lo sacrificado a los ídolos. Esto era contrario a la ley de Dios e hirió su conciencia. Daniel tuvo el coraje de ser diferente. Firmemente decidido a no contaminarse. Daniel juntó valentía y humildad, y Dios lo honró. El joven se convirtió en un prodigio entre sus pares y fue exaltado a la posición de honor del líder de líderes, tanto en Babilonia como en el Imperio medo-persa. Dios honra a aquellos que le honran. N