Perdiendo el Edén

¿Es el asombro un artículo de lujo hoy en día? O, por formularlo a la manera de John Muir, el naturalista, escritor y defensor de la tierra salvaje norteamericano-escocés, ¿no es cierto que todo el mundo necesita la belleza como el pan que come?

Tres cuartas partes de los niños (entre cinco y doce años) del Reino Unido pasan menos tiempo en el exterior que los reclusos, quienes, según las directrices de la Unión Europea (UE), han de hacer al menos una hora de ejercicio al aire libre cada día.

«Ensúciate. Exponerse a las bacterias del suelo Mycobacterium vaccae tiene un efecto antidepresivo natural, activa las células cerebrales que mejoran el hu­mor, reducen la ansiedad y facilitan el aprendizaje».

Tomando únicamente lo que necesitamos y devolviendo algo a cambio.

Pero el hecho es que las investigaciones demuestran que el entorno natural es esencial para preservar la salud mental de toda la población.

Actualmente existe un defensor público de los derechos de la Madre Tierra.

En la Resolución 70/208 de la Asamblea General del 22 de diciembre de 2015, reconoció formalmente los principios de la Jurisprudencia de la Tierra.

En la actualidad, no existen leyes medioambientales que protejan las áreas naturales en pro de la salud pública.

Diversos estudios han demostrado que el solo hecho de mirar una imagen del mundo natural puede ser bene­ficioso por lo que respecta a la reducción del estrés y al bienes­tar, pero ¿está a la altura de lo que produce la realidad?

El siglo xx ha eliminado el terror ante las tinieblas desconocidas de la naturaleza arrasando a la propia naturaleza.

Thomas Berry, «Technology and the Healing of the Earth»