Además, para la gran mayoría de las mujeres de este planeta la boda no las lleva a un palacio con criados y criadas, sino a una casa humilde en la que ellas mismas deben cumplir la función de las sirvientas, para que sus maridos vivan como un rey. Ellas cargan con todo el peso del cuidado del hogar, los familiares, los bebés, los animales de compañía y trabajo, además de las plantas y el huerto.