Esta vez escuchó las dos grabaciones que tenía de una de sus músicas preferidas: el Concierto número 2 para piano y orquesta, op. 83, de Johannes Brahms, por la Filarmónica de Berlín, dirigida en el primer caso por Claudio Abbado y con Maurizio Pollini como solista, y, en el segundo, con Sir Simon Rattle en la conducción y Yefim Bronfman en el piano.