Catolicismo

zarnos por el camino del amor. La enseñanza de Jesús es una visión nueva y una llamada a cambiar.

Una vez que entendemos que Dios es amor, ya no tenemos miedo de lan

Cuando concebimos nuestra existencia —en realidad, la del universo entero— como un don que proviene de un Dios amable y misericordioso, nos decidimos a entregar por amor nuestras vidas alegremente. Y cuando así lo hacemos, nos multiplicamos por treinta, sesenta o cien, pues dentro de nosotros fluye como un río la vida divina.

Con la irrupción del Reino de Dios hay que cambiar de actitud, de modo de pensar, de perspectiva vital, de modo de mirar. Hay que ver el mundo de modo distinto, a la luz de esta nueva visión; hay que cambiar el modo de actuar.

que traducimos como «arrepentíos» es metanoiete, término basado en dos términos griegos, meta (más allá) y nous (mente).

Jesús anunció la llegada del Reino de Dios e inmediatamente hizo una llamada a la conversión:

Un día hablaba a fondo con ella, indagando la fuente de su espiritualidad y misión. Teresa le pidió que extendiera su mano sobre la mesa. Le tocó entonces los dedos, uno a uno, mientras pronunciaba cinco palabras:

Father Paul Murray,

cando las obras de misericordia corporales y espirituales, «haciendo estallar la dinamita» de la Iglesia.

Gran parte del día a día de la santa lo ocupaba la meditación, la misa, la adoración eucarística y el rosario, pero el resto del tiempo, como es bien sabido, lo dedicaba a hacer el trabajo más desagradable entre los más pobres de los pobres,