LEGADO DE SANGRE Y HONOR

—No iré a un servicio de comida rápida y no comes carnes rojas, ¿qué harás en un McDonald’s? —cuestiona.

—Tienen hamburguesas vegetarianas y son las mejores. ¿Vamos, por favor?

Hago pucheros, pero no me podrá ver en la oscuridad del vehículo.

—No puedo creer que haga esto —sisea, fingiendo desagrado.

—No seas gruñón, esposo.

—Sabía que eras un infierno —jadea. Sus ojos negros son tan intensos, diabólicos.

Solo puedo sonreír de lado.

—Y yo no sabía cuánto lo iba a disfrutar

Quizás no debo renunciar a quién soy, sino descubrirla. Porque soy la mujer que está amando que se la follen en público, quien se ha empapado al ver a su esposo asesinando a alguien

—No quiero un ángel —insiste Roth.

—¿Me enseñarás a hacerlo? —canturreo, sonriendo.

—¿Qué? —pregunta y entrecierra los ojos.

—Matar, quiero… —Pero las palabras mueren en mi boca justo cuando me toma del cuello y me atrae hacia sí

No quiero hablar de otra mujer con mi esposa, no cuando estoy con ella. Si quisiera a otra, entonces no estaría aquí