Escribir hoy en día sobre la poesía épica colonial del siglo XVI implica necesariamente asumir una posición revisionista en el campo de los estudios coloniales, una postura que someta a crítica las ideas preconcebidas sobre la poesía épica en el discurso teórico de los estudios coloniales, y que convirtieron este género literario en un género fantasma: el fantasma de la épica colonial. En este sentido, este libro –el estudio más amplio sobre la poesía épica colonial del siglo XVI— es un ensayo de restitución de la importancia de la poesía épica colonial de tal período. Su objetivo va más allá de la idea de la aparición del fantasma, es una investigación sobre el estatuto ontológico de la épica dentro del discurso crítico. Entre las obras analizadas se encuentran la anónima Relación de la conquista y descubrimiento que hizo el Marqués don Francisco Pizarro en demanda de las provincias y rreynos que agora llamamos Nueva Castilla (h. 1538); Los actos y hazañas valerosas del capitán Diego Hernández de Serpa (1564), de Pedro de la Cadena; La Araucana (1569, 1578, 1589), de Alonso de Ercilla; Obra nuevamente compuesta… (1571), de Bartolomé de Flores; Nuevo Mundo y conquista (h. 1580), de Francisco de Terrazas; Cortés valeroso (1588), de Gabriel Lobo Lasso de la Vega; Primera parte de las elegías de varones ilustres de Indias (1589), de Juan de Castellanos; Mexicana (1594), de Gabriel Lobo Lasso de la Vega; el Arauco domado (1596), de Pedro de Oña; y el Peregrino indiano (1599), de Antonio Saavedra.