lo que cada uno considera su «camino del éxito» realmente no lo es. Con demasiada frecuencia nuestra visión del éxito es una idea falsaria, impuesta desde fuera, relacionada con los logros: una medalla olímpica, el marido ideal, un buen salario. Toda una batería de medidas que usamos como baremo para nuestras vidas. Pero, en realidad, el éxito no es algo que pueda medirse. La vida no es una prueba de natación que una pueda ganar. Todo eso es una patraña. Sinceramente.