La materia conceptual de la mayor parte de la arquitectura del movimiento moderno se basó en la amnesia, la negación o la ruptura con el pasado, en la voluntad estética de innovación y la búsqueda de formas de la abstracción y el funcionalismo. Por lo que respecta a su materia física, la arquitectura moderna destacó tanto por la manera sistemática de recurrir a las nuevas tecnologías y a nuevos materiales, lo que conllevaba su fragilidad y ligereza, como por su extrema precisión funcional, que adjudica espacios y servicios para cada uso específico.